martes, 10 de mayo de 2011
sitios de interés en santa marta
Quinta de San Pedro Alejandrino
Fue construida en el siglo XVII como una hacienda en las afueras de la ciudad. Guarda un retazo luctuoso y muy significativo de nuestra historia colombiana ya que don Joaquín De Mier y Benítez la ofreció al Libertador Simón Bolívar para que pasara allí sus últimos días, en 1830.
Declarada por el Gobierno Nacional como Santuario de la Patria, ha sido restaurada y preservada no sólo en su aspecto interior sino en la hermosa obra de jardinería adelantada por la Corporación Nacional de Turismo. De modo que el paseo por la Quinta de San Pedro Alejandrino está matizado por esa exuberante vegetación que envuelve la hacienda y da un toque de frescura al cálido ambiente.
Tras la muerte del Libertador, la hacienda fue abandonada hasta 1891, cuando fue adquirida por el departamento del Magdalena. Lo único que hasta esa fecha aún se conservaba en buen estado eran los muros de la casa principal. El resto de los edificios tenían parte de sus techos caídos y las paredes cuarteadas. La mayoría de objetos pertenecientes a la capilla habían desaparecido.
Don Ramón Goenega, gobernador del Magdalena en ese entonces, adquirió los terrenos y ordenó repararar los edificios tratando de conservar la estructura de estilo mediterráneo que poseía en 1830. Fue encargada a Pedro E. Montarbolo la fabricación de una estatua del Libertador en mármol, realizada en Génova (Italia), obra que fue presentada en público el 17 de noviembre de 1891.
La quinta de San Pedro Alejandrino es hoy uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, su exuberante vegetación y árboles cuya edad va mas atrás de la visita de nuestro Libertador, le imprimen una atmósfera tranquila y fresca que transporta a sus visitantes a la época en que nuestra nación sufrió grandes cambios.
Si estás de visita en nuestra ciudad, no dejes de conocer la última morada del Libertador Bolívar. Podemos tener el honor de ir a imaginar los momentos finales del Padre de La Patria entre esos, que hoy son los mismos, muros de la casa principal. El solo hecho de imaginarnos que hombre tan grande como nuestro Libertador estuvo allí... nos inspirará respeto
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